El dueño de la
inmobiliaria platense “Sioma” explica los deberes y obligaciones de las
partes.
Por Gustavo M. Barrón
Alfredo Sioma
esta al frente de la inmobiliaria desde 1984, y a través de los años las
discusiones entre las partes nunca
variaron demasiado.
La falta de conocimiento
lleva a disputas entre dueños e inquilinos, que siempre desembocan en problemas
que pueden ser evitados. Y suceden en las mismas instancias, antes de firmar el
contrato, durante y en su finalización.
El estado del lugar a alquilar es un
punto de fricción. En el momento de firmar el contrato se debe chequear como se
encuentra el inmueble.
Un frecuente problema es que el
departamento tenga luz de obra o no esté habilitado el gas, pero en los
departamentos o casas de muchos años, puede que no funcione el horno, el
calefón o se tape la cañería. “Por eso es imprescindible revisar bien el
inmueble y cada detalle del mismo”, aclara el dueño de la inmobiliaria.
Muchos de los inquilinos no se dan cuenta
de esto y firman el contrato igual, porque el dueño se compromete a los
arreglos y mientras el tiempo transcurre, estos no se hacen.
No es recomendable para el inquilino
actuar por su propia cuenta, “el inquilino no tiene mucho para discutir después
de firmar el contrato”, lo conveniente es hacer el reclamo formal y seguir
pagando normalmente.
Otro punto problemático son las expensas:
“Las ordinarias son los gastos que el consorcio tiene todos los meses”, pero si
hay una erogación adicional como una instalación de gas o una refacción, se detallan
como extraordinarias.
También existen problemas difíciles de
esclarecer, cuando el inquilino usa los artefactos diarios (estufa, cocina,
calefón) debe entregarlos en el mismo estado que los recibió, pero eso se
gastan por su uso normal. También esas cuestiones hacen una problemática más al
locatario.
La convivencia es otro de los conflictos
que se generan y es de los que más enojan a los propietarios, porque general
problemas con los co-propietarios. “Más que nada es un problema de educación y
respeto por las normas de convivencia”, explica Sioma.
Otra problemática son las propiedades
subalquiladas y en el contrato tiene que aparecer la cláusula de la
prohibición, pero no se cumple. Mientras paguen en tiempo y forma, no hay
problema con la mayoría de los propietarios.
El tema de las garantías suele ser
confuso. Cuando llega a los seis meses de contrato, que es el mínimo, el
inquilino ya puede avisar que va a dejar el inmueble rescindiendo el contrato.
“Si rescindís el contrato antes del año, se paga como penalización un mes y
medio de alquiler” y superando el año el equivalente es a un mes.
La devolución del depósito como en casi
todos los contratos en un gran problema: “El dinero que se entrega como
depósito forma parte de un contrato adicional en donde la condición es entregar
el inmueble en óptimas condiciones”, pero sucede que al pasar un mes o sesenta
días de finalizado el contrato, el dueño se las ingenia para encontrar algún
desperfecto en el inmueble y por lo tanto no te devuelven el depósito.
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